Las letras de tu nombre.

"Eres un universo de universos y tu alma una fuente de canciones." 

                Rubén Darío

 

 Por: Blanca Durán

 

“No creo en el azar. Cuando nuestra sed de amor

necesita expresarse, nosotros mismos vamos

a desencadenar el azar, el encuentro...”

  Sophie Marceau

 

Muchas veces me he preguntado si es hija del azar la eventualidad que me llevo a encontrarte, si fue algo muy dentro mío que te llamaba  y tu acudiste al llamado. Miles de cosas tuvieron que pasar para realizar ese milagro que nos gusta llamar tecnología y que hace posible lo improbable como el encuentro de dos desconocidos que bajo otras circunstancias tal vez ni se mirarían. Mundos distintos, enfoques diferentes, caminos sin líneas comunes que hubieran llevado a un encuentro en la realidad espacial que cada uno vivimos.

 

El tiempo fue favorable al deseo de descubrimiento, de asomarse a tu mundo, de querer saber un poco más acerca del contenido de aquel continente lejano y nuevo que invitaba a ser explorado minuciosamente. Que grata sorpresa coincidir en las sombras, al abrazo de la noche y su silencio, despacio y sin prisas acercarse y ¡oh sorpresa!  ¿Qué era esa magia tuya que me invitaba a conocerte y conocerme a mi misma a medida que me acercaba?

  

Presentaba fragmentos de historias y de vida y ese contacto mágico y único me devolvía la imagen entera que me creía incapaz de reflejar ya no solo en mi misma sino en otro ser humano que me trataba con atención desconocida y me hizo sentir el valor de expresar mis deseos, secretos y secretos deseos sin temor a sentirme juzgada.

 

 

 

“La muchacha halla la máscara del infinito

y rompe el muro de la poesía.”

 Alejandra Pizarnik

 

¿Qué era ese lenguaje nacido de tu boca, esa combinación de palabras totalmente nueva y totalmente mía?

¿Qué eran esos conceptos desconocidos que resonaban conocidos en  fibras hasta ahora ocultas, escondidas en mi mente y mi corazón?

¿Qué era esa prosa extraña, nueva y compleja que me llevaba a evocar conocidos versos y rimas hechas mías a fuerza de leerlas?

Un regalo de tu mente que despertó poemas dormidos en mi memoria, instantes mágicos que poseían en sí la sorpresa ante lo desconocido y el reencuentro con sentimientos de un tiempo remoto y presente a la vez. Lo paradójico revolucionando mi ser haciéndome presa de un dulce caos que anhelaba desenredar… sin saber por dónde empezar.

¿De qué se trataba todo esto?, ¿de un encuentro o una colisión que me llevó a enfrentar mis propias carencias?, sentir que bastaba estirar la mano y alcanzar verdades como quien toma de un árbol repleto de frutos la fruta más dulce, vistosa y madura. Que impotencia no alcanzarla a pesar de tenerla tan cerca.

 

  Tantos dulces encuentros que tu generosa compañía transformaba en una fiesta de palabras, risas y notas infinitas, que fácil dejarse envolver en canciones y dejarse llevar por la fantasía de ser única y especial invitada por ese Don que te caracteriza.

 

“Universo” se escribe “universo” pero se deletrea con cada una de las letras de tu nombre, ¿qué novedad era esa de encontrar todo lo mío solo al encuentro con todo lo tuyo? Era tu mirada iluminando esos rincones oscuros en los que habían dormido hasta entonces muchas inquietudes sembradas desde siempre y deseando despertar, levantarse y crecer.

 

 

"La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros,

a lo lejos."

Pablo Neruda

 

La inmensa luz de nuestra estrella sol ilumina con tal fuerza que todos los astros se ocultan en la claridad. Cuando la tierra gira su rostro y aleja una cara de la luz a nuestros ojos aparecen las  estrellas, pocas a simple vista, miles si ves con atención, millones si te tomas el tiempo de observar con mayor detenimiento. Luz de estrellas lejanas desde un tiempo remoto, estrellas que tal vez ya perecieron, ya no son, ya no existen pero que el viaje de su luz a través del espacio llega a nuestros ojos y es perceptible con solo fijar la vista en el cielo, huellas de luz de su paso por el universo.

 

Somos, fuimos… verbo conjugado. “Somos” es tanto: palabra que abraza y abrasa,  reunión y fusión, dádiva y regalo, descubrimiento y creación de un mundo único y nuevo.

 

 

“Fuimos”  es tanto más,  es un “somos” atrapado en una temporalidad congelada sumado al dolor de algo que ya no es, mezcla de alegría y nostalgia de saber que un instante nos encuentra en la noche oscura como huella de luz de una estrella que ya no existe.